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Mirar el mundo desde lo más profundo de sí desata travesías por los mares del vivir. Viajando se toman distintos rumbos y se descubren nuevos destinos. La tercera estación abraza el camino recorrido sumergiéndose en las travesías, los instantes y las huellas que moldean el sentir.
Estas breves compasiciones también condensan una sensilidad y una inteligencia excepcional apretados en las premisas de un científico y de un médico muy destacado que abrevia en la intensidad de su poesía y de su escritura la urgente esperanza con que la fantasía y la ciencia se asoman y comparten el momento presente.
Hilda I. Córdova
