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El 28 de julio de 1530 un huracán devastó a Puerto Rico como ninguno otro visto antes. Las descripciones de los oficiales y vecinos son estremecedoras. Las pérdidas fueron millonarias y la recuperación tomaría muchos años. Pero el terrible fenómeno natural no fue la causa de las calamidades sociales. Hacía mucho tiempo, y después que todos estaban atormentados por las deudas, la Corona española impuso un implacable Juez Cobrador de Deudas. Los secretarios y consejeros del rey, así como los mercaderes negociantes y prestamistas se lucraban de las deudas, los privilegios y contratos jugosos de la economía colonial. Cualquier semejanza con el Puerto Rico destruido por el avasallador Huracán María del 20 de septiembre de 2017 no es casualidad; estos son sus antecedentes históricos en los inicios coloniales.
